martes, julio 04, 2006

Boca

No tu voz, sino tu boca,
se revienta y se funde
en la pócima del druída

Todos deben morirse
para calmar tu ira de inocente.
Pero tú, quedas en la menta,
siempre viva, entre todos los días.

Y en la tierra sucederán los hachazos,
sucederán las casas, sucederá la muerte.

Todo será un aullido que no cesa
hasta que asciendas desde la hierba,
hasta que decidas recoger
las gotas de tu boca,
y vuelvas a convertirte
en el milagro del viento en mis ojos.